Cuando la ilusión ilusiona, el sol brilla más fuerte, las sonrisas son más grandes y los lunes parecen menos grises. Cuando es la propia ilusión nuestro impulso, los sueños están un poquito más cerca de la realidad y las ganas de ponerlos en marcha, son incluso mayores.
No da tanta pereza ir a trabajar cuando hay indicios de que tu meta está al alcance y, cuando saltas al campo el domingo, no lo haces pensando que el descenso te acecha. Cuando un anhelo ilusiona, un obrero puede soñar con ser directivo y un equipo de media tabla, con el play off de ascenso.
Y es que en el Heliodoro Rodríguez López, nos ilusiona la ilusión; la de los jugadores cuando se abrazan para festejar un gol, la del técnico que tiene ganas de hacer algo grande. Esa ilusión que ya pone por encima de 10.000 los espectadores en la grada. Esa ilusión que, esperemos, dure y nos tatúe esta sonrisa unas cuantas semanas más.
Porque sí; estamos a tres puntos de la promoción y #SoñarEsGratis. Pero, ¿qué tenemos derecho a soñar?. Podemos soñar que es posible, que quizás, la temporada se acabe más tarde. Tal vez nuestro límite sea disfrutar de cuatro tardes más divertidas en el Estadio, o, por qué no, disputar una final cuando hace pocos meses luchábamos por no descnder.
Vuelvo a este renovado www.blablawrite.com y lo hago con ilusión que a mi me produce contar historias y dar mi versión de las cosas. ¿Qué mejor momento tenía para hacerlo?. Los que me conocen saben que soy de las que piso el freno y, además, tiro fuerte del de mano a la hora de hablar de ilusiones blanquiazules y es que, en la isla, nos cuesta encontrar el término medio.
Quizás ahora estemos en él, en esa ilusión comedida, en ese quiero y si lucho, puedo. Porque la mayor ilusión, es seguir teniendo ilusiones.
¿Soñamos un poquito fuerte?
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