@emmagutierrezca

Viajar, con V de vivir

Siempre me gustó viajar. Nada me ha hecho nunca más feliz que cargar la maleta con cuatro prendas y comenzar una aventura, conocer gente y dejarme conquistar por nuevos paisajes. Quizás el haber nacido en una isla con paisajes tan diferentes -y de la que me declaro locamente enamorada- hace que cada día quiera conocer más. En el Día Mundial del Turismo, estas líneas no pueden tomar rumbo a otra dirección. Viaja, vuela, sueña: vive.

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No importa si cruzas el charco o coges la mochila para buscar uno apartado, sin salir de tu isla. Da igual si vas a la Gran Manzana o te pierdes en una aldea en la que nadie habla tu idioma. Escápate y déjate llevar. Haz lo que tu cuerpo te pida, no importa si  callejeas por París o te subes en una turístico CitySightseen a ver Roma desde  lo más alto.

11502_10151875836143986_1763498867_nA mi, me gusta mezclarme con la gente. Preguntar por el mejor pollo al piripiri en el Algarve y adentrarme en una barriada a encontrarlo, equivocarme de camino en Dublín y acabar en el mejor mercado de comida callejera de la historia. Hoy no me preguntes como se llama aquel lugar, mi mente solo guardó una especie de croqueta de roquefort que, al nombrarla, me pinta una sonrisa. ¡Justo lo mismo  que me pasa al pensar en los Pasteles de Belén lisboetas!

Porque viajar también es eso, saborear. Investiga en la red todo lo que los locales dicen de tu destino y, sobre el terreno, no pares de investigar. Un bocata de aligator en Miami o uno de atún y millo en Gran Canaria; lo importante es el momento y con quién lo compartes. Luego vienen esas historias, años después, en las que con tus amigos intentas rememorar ese sandwich cubano que trataste de digerir con un mojito en Little Habana. ¿Acaso hay algo mejor?.

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No te pierdas las grandes atracciones; el Big Ben en Londres, el Louvre en París  y Key West en Florida son imprescindibles, pero no te quedes ahí. Si vas a Madrid que no te pongan falta en El Retiro, pero déjate convencer por aquellos bares de tapas que te cuentan los estudiantes y no salen en ningún libro. ¡Serás el próximo en recomendarlos!.

Olvida grandes presupuestos. Cada maleta es un mundo y cada destino también. Viajar no es contar con miles de  dólares en el bolsillo, sino millones de ganas que harán que, en la balanza, pese más conocer una nueva cultura que el compartir habitación con cuatro personas más: ¡pueden ser tus próximos amigos!.

Permítete un capricho; ve a ver un musical o tómate la tarde para leer un libro en esa playa que te conquistó. Caminar, correr y conocer es casi innegociable, pero los momentos de relax los guardarás como un tesoro.

No te lo pienses y escápate. Sólo o acompañado, a un lugar lejano o con una caseta a aquel monte cerca de casa. Ve a un sitio totalmente nuevo o coge el avión para ver a viejos amigos. Date dos días en aquella ciudad que en su día te enamoró y con la que sueñas cada vez que se cuela una imagen en la televisión.

Viaja, vuela, sonríe: vive.

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